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Localhost

¿Has escrito «Localhost, ¿qué es?» en tu buscador favorito? ¡Felicidades! Eso te pone por encima del promedio, ya que no es un término muy común.

Puede sonar un poco técnico al principio, pero créenos: una vez que entiendes qué es localhost y para qué sirve, te das cuenta de que es una de las herramientas más útiles que tienes a tu disposición.

¿Qué es un localhost y cómo funciona?

Localhost es básicamente el nombre que tu ordenador usa para referirse a sí mismo cuando hablamos de conexiones de red. Viene del inglés «host local» (anfitrión local, más o menos), pero en la práctica significa que tu equipo actúa como su propio servidor.

Técnicamente, cuando lanzas una petición a localhost, tu sistema operativo la detecta al instante y la redirige internamente sin que el tráfico salga por tu tarjeta de red física ni pase por el router.

En esencia, es como un circuito cerrado: el ordenador «habla consigo mismo» usando lo que llamamos una interfaz de loopback (bucle cerrado). Los datos van y vienen dentro de tu máquina, sin necesidad de conexión a internet.

Entendiendo qué es un localhost, vamos a darte un ejemplo sencillo: si instalas un servidor web como Apache en tu PC y escribes: http://localhost en tu navegador, te conectarás directamente a ese servidor que tienes corriendo localmente.

¿Qué es 127.0.0.1 y la dirección de loopback?

127.0.0.1 es la dirección IP que el sistema asocia automáticamente a localhost. Cuando escribes localhost en cualquier aplicación, el sistema operativo lo traduce a 127.0.0.1.

La gracia de esta dirección es que está reservada oficialmente para esta función de loopback. De hecho, toda la gama de direcciones que empiezan por 127 (hasta 127.255.255.255) está reservada para este propósito.

¿Y qué significa esto de «loopback»? Pues que cualquier paquete de datos que envíes a esta dirección nunca sale de tu ordenador. El sistema operativo lo detecta, hace un «bucle» y lo devuelve internamente.

Esta característica hace que localhost sea perfecta para hacer pruebas. Puedes montar un servidor web, una base de datos MySQL, o cualquier servicio de red y acceder a él como si estuviera en internet, pero todo pasa dentro de tu máquina.

¿Para qué sirve un localhost?

Habiendo respondido tu búsqueda inicial de «localhost, ¿qué es y cómo funciona?», vamos a contarte cuáles son los casos de uso más habituales:

  • Desarrollo y pruebas web: Si estás creando una web o una aplicación, puedes montarte un entorno completo en tu ordenador (con Apache, PHP, MySQL o lo que necesites) y probar todo localmente antes de subirlo a un servidor real.
  • Comunicación local entre aplicaciones: Muchas veces tienes varios programas o servicios corriendo en tu ordenador que necesitan «hablar» entre ellos. En lugar de complicarse, ambos se podrían comunicar a través de localhost.
  • Seguridad y entornos controlados: Al trabajar en localhost, nada de lo que hagas está expuesto a internet. Puedes experimentar con configuraciones, probar código potencialmente problemático o manejar datos sensibles.
  • Configuración de servidores locales: Herramientas como XAMPP o MAMP te permiten instalar un servidor completo (web, base de datos, etc.) en tu PC con unos pocos clics. Todo funciona sobre localhost, y puedes configurar el entorno exactamente como lo necesitas para tu proyecto.
  • Usos prácticos del día a día: Puedes editar el archivo «hosts» de tu sistema para redirigir dominios molestos (publicidad, sitios de rastreo) a 127.0.0.1. Así, cuando tu navegador intenta cargar esos sitios, los busca en localhost, no encuentra nada y los bloquea automáticamente.

Si te interesa el mundo del desarrollo, pero nunca has programado, localhost es un buen punto de partida para empezar. Puedes montar un servidor local y ver cómo funcionan las cosas desde dentro.

Y si te pica el gusanillo de crear tus propias aplicaciones, échale un ojo a cómo hacer aplicaciones Android sin ser programador. Encontrarás que hay herramientas visuales que te permiten crear apps funcionales sin escribir una línea de código.

Diferencia entre localhost e IP local

Aquí hay una confusión muy común que merece aclaración, sobre todo cuando buscas qué es un localhost en mi router y cómo se diferencia de otras direcciones. Tu ordenador puede tener una IP local dentro de tu red doméstica (algo como 192.168.1.5 que te asigna el router), pero eso no es lo mismo que localhost.

La diferencia fundamental está en el alcance:

  • Localhost (127.0.0.1) solo apunta a tu propia máquina. El tráfico nunca sale de tu ordenador. Nadie más en tu red puede acceder a servicios que estés corriendo en localhost, ni siquiera tu móvil conectado al mismo WiFi. Es un circuito totalmente cerrado dentro de tu equipo.
  • IP local (192.168.x.x) identifica tu ordenador dentro de la red doméstica. Otros dispositivos conectados al mismo router sí pueden comunicarse con tu PC usando esta IP.

Otra diferencia clave es que la IP local puede cambiar. Si reinicias el router o el DHCP asigna direcciones dinámicamente, mañana puedes tener otra IP. Localhost siempre es 127.0.0.1. Es fijo e inmutable.

Desde el punto de vista de seguridad, esto es importante: un servicio configurado solo en localhost (127.0.0.1) está inherentemente protegido contra accesos desde la red. Si por error lo vinculas a tu IP local, cualquiera en tu WiFi podría intentar acceder.

Hablando de direcciones IP, si te interesa saber cuál es tu IP local actual, tienes varias opciones. En Windows puedes abrir el símbolo del sistema y escribir ipconfig; en Mac o Linux, usa ifconfig o ip addr en la terminal.

Pero lo más cómodo muchas veces es entrar en la configuración del router y ver ahí todos los dispositivos conectados con sus IPs asignadas.

Ventajas y desventajas de un localhost

Como todo en tecnología, localhost tiene sus puntos fuertes y sus limitaciones. Comencemos hablando de sus ventajas:

  • Lo primero y más importante es la seguridad y el aislamiento. Al trabajar en localhost, estás en un entorno completamente controlado, alejado de internet y de posibles ataques.
  • La velocidad es increíble. Como todo pasa internamente, la latencia es prácticamente cero. Las respuestas son instantáneas (hablamos de menos de 1 milisegundo), lo que acelera muchísimo el desarrollo y la depuración.
  • Tienes independencia total de internet. Puedes trabajar en cualquier parte e incluso aunque se te caiga la conexión.
  • Y, por último, es gratis y flexible. No necesitas pagar hosting ni servidores mientras desarrollas. Instalas lo que quieras, con las versiones que prefieras, y configuras todo a tu medida.

Sin embargo, un localhost también tiene ciertas desventajas:

  • El entorno de localhost no replica exactamente la realidad. Un servidor de producción tiene latencias de red, límites de conexión, diferentes versiones de software... Si solo pruebas en localhost, algunos problemas pueden aparecer solo cuando subes el proyecto al servidor real.
  • Además, correr un servidor completo en tu ordenador consume muchos recursos: RAM, procesador, espacio en disco... Si tu equipo no es muy potente, puede ir un poco justito al tener todo el stack corriendo.
  • Tampoco puedes hacer pruebas realistas de carga o escalabilidad. ¿Cómo se comporta tu aplicación con mil usuarios simultáneos? En localhost no lo sabrás.
  • Y, finalmente, mantener el entorno local actualizado y bien configurado lleva su tiempo. Versiones, dependencias, configuraciones... es un trabajo que hay que hacer.

En definitiva, localhost es esa herramienta que todo el que trabaje con tecnología debería conocer y dominar. Es tu espacio seguro para experimentar, aprender y crear sin presiones.

Puede que al principio parezca un concepto raro, pero una vez que le coges el truco, te das cuenta de lo imprescindible que es.

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