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Domótica

Domótica es una palabra muy presente en nuestro día a día, pero ¿sabemos realmente lo que significa?

¿Qué es la domótica?

La domótica está formada por una serie de tecnologías diseñadas para la automatización de la vivienda, es decir, convertir los hogares en casas inteligentes.

Dentro de este concepto entran una gran variedad de sistemas y dispositivos que se conectan entre sí y se controlan de forma inalámbrica desde, por ejemplo, un teléfono móvil.

¿Para qué sirve la domótica?

La domótica tiene como objetivo hacernos la vida más fácil mediante la programación y automatización de tareas sencillas y rutinarias que pueden ahorrarnos mucho tiempo.

La domótica permite configurar el control de la iluminación, regadío, control de temperatura o calentamiento de agua, mediante sensores y actuadores.

Un ejemplo muy habitual: Alexa, pon un temporizador de 4 minutos. "OK, Google" enciende las luces. "Oye siri" apaga el aire acondicionado. Eso es la domótica. Controlar diferentes aspectos de nuestro hogar con dispositivos como el móvil o los altavoces inteligentes.

Domótica o Inmótica, ¿cuál es la diferencia?

Aunque son términos que se parecen, es muy importante saber diferenciarlos bien.

La domótica se refiere siempre al entorno doméstico, sin embargo, la inmótica hace referencia a la automatización en entornos no residenciales como puede ser una oficina o espacios públicos.

Por tanto, la inmótica se centra en la gestión de edificios, lo que supone una gestión más compleja y descentralizada.

Ejemplos y aplicaciones de la domótica

La domótica tiene como objetivo automatizar tareas dentro del hogar para:

  • Mejorar la eficiencia energética y el consumo de los recursos. Mediante sensores de luz o temporizadores es posible apagar luces cuando no se están utilizando o apagar la climatización a partir de una determinada temperatura.
  • Seguridad en el hogar. Controlar cerraduras, ver las cámaras de vigilancia, activar la alarma o bajar persianas son algunas de las cosas que puedes hacer incluso si no estás en casa. También puedes recibir avisos en el caso de que ocurra algo no deseado.
  • Accesibilidad. Podrás llevar a cabo tareas por medio del control de voz o a través de tu dispositivo móvil, algo muy útil para personas con movilidad reducida.
  • Confort y comodidad. Podrás establecer limitaciones de temperatura o intensidad lumínica o adaptar los colores de la iluminación a lo que estás viendo en la tele.
  • Control de los electrodomésticos. Activa electrodomésticos como el horno cuando estés fuera de casa para tener la comida lista cuando llegues.
  • Cuidado de jardines y espacios exteriores. Programa sistemas como el regadío o máquinas cortacésped para que comiencen a funcionar en la hora más económica o que mejor se adapte a tu rutina.

¿Qué es una casa domótica o inteligente?

Una casa domótica, casa inteligente o smart home, está formada por una serie de dispositivos IoT que permiten controlar de forma automatizada diferentes elementos del hogar.

Por medio de esta tecnología se mejora la calidad de vida de las personas, aumentando la seguridad y reduciendo el consumo energético.

No todas las casas inteligentes son iguales, sino que la incorporación de esta tecnología se puede ir haciendo de forma progresiva y adaptándose siempre a las necesidades de las personas que residan en ella.

Por tanto, una casa domótica o inteligente es aquella en la que puedes hacer cosas como: cerrar las persianas con un interruptor, apagar las luces mediante comandos de voz, encender y apagar el aire acondicionado mediante comandos de voz, etc.

Sistemas domóticos: tipos y componentes

Para que un sistema domótico funcione correctamente necesitamos una serie de componentes, sin embargo, entendamos primero los diferentes tipos de sistemas domóticos que existen.

Tipos de sistemas domóticos

En función de cómo se controle el sistema domótico encontramos:

  • Sistemas centralizados. El sistema se controla por medio de una unidad central, que recibe toda la información, la procesa y la envía a cada dispositivo de forma individual.
  • Sistemas descentralizados. No hay una única unidad encargada de gestionar el sistema, sino que cada dispositivo tiene su propio controlador que recibe la información y la procesa.
  • Sistemas distribuidos. Es un punto intermedio entre el sistema centralizado y descentralizado. Existen varios controladores repartidos por la red encargados de asignar tareas en un área determinada.
  • Sistemas mixtos o híbridos. Es una combinación de los otros sistemas y pueden incorporar una unidad central y al mismo tiempo, pequeñas unidades encargadas de repartir tareas.

Por otro lado, según se realice la conexión encontramos sistemas cableados y sistemas inalámbricos.

Cada tipo cuenta con sus ventajas e inconvenientes y la elección final dependerá de factores como el tamaño de la casa, el presupuesto que se destine al sistema o las necesidades de las personas que residen en el hogar.

Componentes de un sistema domótico

Para que un sistema domótico funcione es necesario contar con una serie de componentes:

  • Sensores. Son los encargados de recoger la información y enviarla al dispositivo encargado del control. Los más comunes son de temperatura, movimiento, humo o luminosidad.
  • Controladores o central de gestión. Son el cerebro del sistema y se encargan de procesar los datos enviados por los sensores y asignar las tareas a realizar.
  • Actuadores. Como su propio nombre indica, son los encargados de llevar a cabo las instrucciones asignadas por los controladores. Algunos de los actuadores más comunes son: interruptores inteligentes, motores de persianas, válvulas de radiador o cerraduras inteligentes.
  • Interfaz y protocolos de comunicación. Todos los dispositivos deben comunicarse a través del mismo “idioma”, para ello se emplean protocolos de comunicación como ZigBee.

¿Cómo funciona un sistema domótico de forma conjunta? Muy sencillo.

Un sensor, cómo puede ser un termostato, está configurado para que cuando la casa alcance una temperatura determinada, envíe un aviso al controlador del sistema.

El controlador procesará la información y enviará al sistema del aire acondicionado (actuador) una orden para comenzar a funcionar a la temperatura fijada. Adicionalmente, se pueden asignar tareas auxiliares como bajar las persianas automáticamente para reducir el calor que entra a la vivienda.

En la mayoría de los casos el proceso se realiza de forma automática, sin intervención humana, sin embargo, esto no quiere decir que se puedan hacer acciones puntuales por medio de dispositivos como el móvil.

Ventajas de la domótica

Las ventajas de la domótica para tu hogar parten de muchas de las características comentadas. Esta tecnología ofrece grandes beneficios simplificando tareas sencillas y permitiendo ahorrar tiempo y dinero:

  • Ahorro energético. Ajustando las luces, la temperatura de la calefacción o simplemente bajando las persianas cuando empieza a anochecer, pequeños gestos que se traducen en un ahorro significativo en la factura de la luz.
  • Confort y comodidad. Con un sistema bien automatizado, aunque estés de viaje, no tendrás que preocuparte por ciertas tareas como puede ser regar las plantas.
  • Seguridad. Gracias a los sensores de movimiento o detectores de humo, recibirás un aviso automáticamente de que algo no va bien. Además, si pasas largos periodos fuera de casa, podrás simular que hay alguien en casa ajustando las luces y el movimiento de persianas.
  • Escalabilidad. Es muy común que empecemos instalando pequeños dispositivos inteligentes o IoT y poco a poco vayamos incorporando más. No es un problema ya que ampliar un sistema domótico es un proceso sencillo y, además, muchos dispositivos y marcas diferentes, son compatibles entre sí.
  • Sostenibilidad. No solo permite ahorrar dinero en nuestras facturas, sino que nos ayuda a ser más responsables con el medio ambiente al optimizar el uso de diferentes electrodomésticos y sistemas de nuestro hogar.

Si quieres conocer más en profundidad sobre qué es la domótica te contamos cómo convertir tu casa en una Smart Home.

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